martes, 12 de abril de 2011

Terapia craneosacral pediátrica


Según Viola Frymann, osteópata europea con gran experiencia en el
trabajo pediátrico, “sólo buscando en el pasado podemos empezar a comprender el
presente, y desarrollar una estrategia para mejorar el futuro”.

No hay duda que los primeros meses de vida, son el comienzo de lo que vendrá en el futuro y, por tanto, un buen momento para prevenir patologías y enfermedades de adultos.
El momento del nacimiento, aparte de ser un momento de gran felicidad en la mayor parte de los casos, conlleva estrés y dificultad, siendo además uno de los momentos más duros y decisivos.

El NACIMIENTO puede venir acompañado de complicaciones que, si bien suelen resolverse gracias a la ayuda médica, son fuentes de estrés y de ciertas secuelas (físicas o emocionales) para el recién nacido. Ese es el caso de la vuelta de cordón alrededor del cuello del bebé,
sufrimiento fetal, rotura prematura de la bolsa, uso de fórceps o ventosa para la
extracción del bebé, encaje prolongado del cráneo en el canal del parto, presentación del
bebé en una posición distinta a la normal (de nalgas, con un brazo, etc.), parto por
cesárea, que la epidural impida a la madre dirigir las contracciones, sensación de pánico
intenso por parte de la madre y el bebé que lo percibe, etc.

Las, llamémoslas "reacciones del bebé" ante estas pequeñas agresiones, se presentan en forma de problemas de succión, vómitos, estreñimientos, gases, llantos inconsolables y, por supuesto, cólicos del lactante.

La Terapia Cráneo-Sacral intentaría localizar las posibles alteraciones que están
causando esos problemas en el niño y ahí se aplicarían las técnicas necesarias. En estos casos, el terapeuta ayudaría a relajar las estructuras de un modo suave y respetuoso con el cuerpo, re equilibrándolo y haciendo que los síntomas desaparezcan.

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